sábado, 29 de agosto de 2009

Tomado de Al Día, 30 de Agosto 2009.

El nido tico empieza a tomar forma

Esteban Rojas Sáurez
erojas@aldia.co.cr

El 12 de marzo anterior comenzó un sueño: ver construido en La Sabana, el estadio de fútbol más moderno de la región.

En ese momento no me imaginaba que los chinos encargados de la construcción trabajaran tan rápido.

En solo cinco meses, ya está levantada una importante sección de la gradería del costado oeste del nuevo reducto deportivo.

La zona de construcción es como un campo de batalla, donde el ruido de la maquinaria es ensordecedor y el barro es el principal compañero del ejército de chinos que trabaja como si fuera una colonia de hormigas.

Vestidos con uniformes color vino y azul, cascos amarillos y anaranjados los asiáticos de contextura delgada, callados y sobre todo muy serios, trabajan de forma incansable.

Les pongo un ejemplo: mientras unos mueven los materiales de construcción, otros soldan varillas y hasta había uno que rescataba en el barro partes de hierro que se pudieran utilizar, a pocos metros de la zona del estadio. Una cuadrilla de la Municipalidad de San José estaba en La Sabana, uno trabajaba y los otros dos “le echaban porras”.

Esta colonia de hormigas traída desde el otro lado del mundo, no se sorprende de la gran cantidad de curiosos que hacen deporte en el Parque Metropolitano y aprovechan para dar una vuelta y ver el avance de la obras.

“Si la gente en este país trabajara como los chinos seríamos otra nación”, comentaban unos jóvenes que pasaban en bicicleta.

Aquí en La Sabana no importa si hace sol o llueve; la obra no se detiene porque deben cumplir con un plazo, el estadio debe estar terminado a finales del 2010.

Los 630 chinos, que trabajan como si fueran mil, deben levantar 34.000 metros cuadrados de construcción para un centro deportivo que contará con una villa para alojamiento de federaciones deportivas, comercios, pista sintética de atletismo y espacio para nueve disciplinas deportivas.

Rossita Wang, la única mujer del proyecto y de los pocos que habla español, nos ayudó a conversar con el director de la obra Cai Lin.

El constructor dijo que gran parte de los alimentos son traídos de China, así como los cigarrillos, que tienen un fuerte sabor.

Otra parte de los suministros como algunas carnes y verduras se compran en Costa Rica. En Barrio Don Bosco donde se ubica el campamento en el antiguo estadio Turcios, los cocineros corren para tener lista la comida para el ejército de comensales.

El lunes al mediodía el olor a comida china era delicioso, lamentablemente no nos pudimos quedar a almorzar.

A un lado del comedor están los apartamentos, que constan de cuartos que miden 4 x 4 metros, tienen una cama y una mesa. También hay calentadores de agua para lavar la ropa en unas piletas ubicadas al lado de la huerta, donde tienen sembradas diferentes legumbres.

Para mí, unas de las cosas más impactantes de su cultura, es su idioma que es totalmente incomprensible para nosotros. Hablan tan rápido y fuerte que parece que están discutiendo y la mayoría de las ocasiones no es así.

Ellos son la fuerza de la empresa Anhui Foreign Economic Construction (AFEC), encargada de edificar el recinto deportivo.

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